Máxima de Holanda deslumbra en Alemania con un vestido azul de Valentino y las aguamarinas de la reina Juliana

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No había mejor conjunto que el de aguamarinas que una vez perteneció a la reina Juliana de Holanda. El collar –la pieza más llamativa de todas– fue creado por el joyero holandés Burnier, como regalo de cumpleaños para la entonces princesa por su 18º cumpleaños, en 1927. Lo encargó su abuela Juana a juego con el brazalete que también ha llevado Máxima. Ambas piezas incluyen diamantes engarzados que crean un estilo Art Déco, absoluta tendencia en aquel momento. En la boda de los príncipes de Mónaco la única diferencia fue que la actual reina se recogió el pelo y añadió la tiara a juego –que los padres de la princesa Juliana le encargaron a Kempen en la misma ocasión– de la que hoy ha prescindido. Para completar el conjunto, la baronesa Armgard von Cramm, le regaló a Juliana –su nuera– en su boda, celebrada en 1937, los pendientes que Máxima ha vuelto a llevar.

Otro detalle muy especial es el cinturón, que puede parecer perteneciente al vestido o incluso una joya a parte, pero es en realidad un broche tamaño baguette que Máxima siempre rescata cuando se enfunda en este exquisito Valentino. Fue otro regalo de la reina Juliana, que recibió cuando era princesa: su marido, Bernardo de Lippe-Biesterfeld se lo entregó como obsequio de bodas. Así, cuando Máxima de Holanda se pone este conjunto, lleva consigo a la abuela de su marido gracias a una de sus colecciones de joyería más especiales.

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Dolce & Gabbana. Domenico y Stefano reviven a lo grande la atmósfera cálida y soleada de Sicilia con su colección de joyería Rainbow rebosante de gemas naturales. La amatista violeta, la turmalina rosa, el granate brillante, el cuarzo verde o el topacio celeste son algunas de las piedras que conviven en diferentes formas y tallados. Y el ego italiano siempre por delante: las letras DG y una gota de perla culminan la pieza en el extremo de la cadena.

La Reina Máxima cautivó a sus seguidores con un vestido de encaje, strapless y volados

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El lujoso vestido de Máxima.

La Reina Máxima no tiene un paso desapercibido en su visita a Alemania y ahora todos hablan de su lujoso vestido celeste de Valentino.

Máxima Zorreguieta y Guillermo tuvieron su segundo día de recorrida luego de encontrarse con Angela Merkel.

La Reina de los Países Bajos sorprendió con el look elejido para asistir al concierto de la Royal Concertgebouw Orchestra en Berlín. Allí, lució un vestido de color celeste con encaje y pequeños volados que llegaban hasta sus pies.

Este modelo de Valentino, fue elegido también para estar en la cena de gala de la boda real entre Alberto de Mónaco y Charlène Wittstock.

Máxima Zorreguieta en su visita a Alemania.

Además, lució el pelo suelto con unas ondas refinas y una raya en uno de sus costados; todo con accesorios de Dior plateados y joyas que resaltaban ante las miradas ajenas. Por otra parte, estaban las destacadas sandalias diseñadas por Aquazzura.

Muchos de los paparazzis especializados en la realeza, se detuvieron en el collar que lució Máxima que fue creado por el joyero holandés Burnier y que había sido un regalo para Juliana de Holanda cuando era princesa en 1927 y celebró sus 18 años. El brazalete, también era parte de aquel regalo que incluyó diamantes engarzados.

La única diferencia de los looks entre los dos eventos a los que asistió la Reina Máxima en Alemania, estuvo marcado porque en la boda de los príncipes, llevó el pelo recogido con una tiara que había sido encargada a Kempen.

Sin dudas que su cinturón, tampoco pasó desapercibido, se trata de un broche tamaño baguette que la Reina de los Países Bajos ya lució en oportunidades anteriores con otros vestidos y que también fue un regalo que recibió la Reina Juliana mientras era princesa. El presentre se lo había hecho su marido Bernardo de Lippe-Biesterfeld como regalo de bodas.

Mirá de paso este video de la Reina Máxima: