Prada parecen pero low-cost son, las botas altas de cordones (con o sin bolsillos) son el calzado todoterreno de la temporada
Desde que Raf Simons anunciara el pasado mes de febrero que se unía a las filas de Prada como co-director creativo junto a Miucca Prada, el valor de la firma se ha multiplicado (aún más) para los profesionales del sector y para los amantes de la moda. La primera colección conjunta de Prada presentada en la Semana de la Moda de Milán ha generado opiniones divididas, pero lo que está claro es que cada modelo que se convierte en viral de la firma logra invadir el street style y ser el diseño más cool de la temporada.
Aunque en el mundo de los accesorios Bottega Veneta se lleva la palma como firma más deseada, la carrera no se detiene y Coperni o Prada no tiran la toalla. La firma italiana presentó el pasado año su modelo de botas de corte militar con unos característicos bolsillos bajo el nombre Monolith (con un precio de 1.500 euros) y al inicio de la estación otoñal las firmas low-cost presentan sus réplicas por un precio apto para todas las mortales.
Botas de piel Monolith de Prada. 1.500 euros.
El modelo más similar lo firma Zara (qué raro), pero tenemos una mala noticia: por el momento, las botas están agotadas en la web. La plataforma online ofrece la opción de apuntarte a la lista de espera y de ser contactada cuando vuelvan a estar disponibles. La paciencia no es una virtud que la que todas podamos presumir, así que si no quieres vivir expectante a que el gigante de Inditex te envíe un mensaje puedes añadir a tu colección un diseño cuyo parecido está muy logrado y que puedes comprar hoy mismo. Realizamos una selección de botas militares con cordones más top del momento para que tú también te sumes a esta tendencia sin arruinarte en el proceso.
Zapato tipo bota alta plana de color negro de Zara. 69,95 euros.
Botas altas planas con cordones de Stradivarius. 49,99 euros.
Botas plataforma acordonadas detalle hebillas de Bershka. 55,99 euros.
Botas plataforma acordonadas detalle hebillas PVP en Bershka 55,99€
Botas acordonadas suela track de Bershka. 49,99 euros.
Botas acordonadas suela track PVP en Bershka 49,99€
Botas negras altas con cordones y suelas gruesas de ASOS DESIGN. 57,99 euros.
Botas negras altas con cordones y suelas gruesas de ASOS DESIGN PVP en Asos 57,99€
Zapato tipo bota alta plana de color negro de Zara. 49,95 euros.
Botas altas de mujer Xti en color negro con cierre de cordón en El Corte Inglés. 69,95 euros.
Botas altas de mujer Xti en color negro con cierre de cordón PVP en El Corte Inglés 69,95€
Bota piel negra con cordones y cremallera interior de Andreas. 119 euros.
Zapato tipo bota alta plana de color negro de Zara. 49,95 euros.
Foto de portada | Imaxtree
Fotos | Imaxtree, Asos, El Corte Inglés, H&M, Bershka, Stradivarius, Zara, Andreas, Prada
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Estos 11 jóvenes talentos son algunas de nuestras apuestas para el 2021
Este es un tema publicado en Vogue enero 2021.
Hasta nunca 2020; bienvenido seas, 2021. Se espera mucho de ti, aunque a estas alturas de la película, seremos pacientes contigo, ya que a pesar de que haya sido a base de golpe y porrazo, hemos aprendido que no tenemos que dar nada por sentado (gracias por eso, 2020).
La frescura que anhela este nuevo año viene de la mano de 11 jóvenes talentos que emanan de mundos como la música, el activismo, el arte o la interpretación. Tomad nota, sus nombres son el futuro de una generación que no dejará a nadie indiferente. ¿Te animas a conocerlos?
Luna Ki lleva chaqueta blanca de nido de abeja y algodón y gargantilla de strass, ambas de Chanel. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Luna Ki
Cuando se le pide a Luna Ki –nombre artístico de Luna Górriz (Barcelona, 1999)– que defina su estilo, ella calla durante unos segundos y acaba saliendo por la tangente. “Música del futuro”, dice satisfecha. Lo cierto es que detesta las etiquetas y es un alivio, porque ¿cómo se etiqueta a alguien que en un mismo tema (véase Bolita, sencillo que lanzó el pasado mayo) mezcla sonidos de reguetón, cumbia villera y europop? Sus letras son genuinas, directas y contienen elementos explícitamente sexuales. Su estética, una propuesta urbana que bebe estrechamente del anime. “Me considero cruda y sincera en lo que hago. Pero no por ello me veo marginal”, reflexiona. Tras debutar con la canción Septiembre en 2019 y sacar poco después el EP Unknown, 2034, la artista de raíces latinoamericanas se enfrenta ahora a su álbum debut, que verá la luz este 2021. “Es un proyecto multidisciplinar en el que estoy trabajando con todo lo que me pasa. Un disco dedicado a lo que es la música para mí, donde he podido soltar experiencias del pasado. Una sanación”. Por Eva Blanco.
Isa Montalbán luce vestido corto geométrico de rafia laminada en rojo, de Isabel Sanchís; y botas rojas de charol de plataforma, de Dominnico. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Isa Montalbán
Los primeros recuerdos de Isa Montalbán (Madrid, 1998) revelan que su pasión por las artes escénicas vive en ella desde la inocencia más pura. “Cuando hacía teatro en el colegio me ofrecía para interpretar todos los papeles posibles. Cuantos más papeles, mejor, ya que a mí me encantaba preparármelos”, confiesa. Tras una infancia marcada por obras de teatro escolares llega una adolescencia definida por la convicción de transformar su vocación en profesión. Su paso por rodajes, como los de los cortos Venga a nosotras tu reino (segundo como directora de Verónica Echegui), Xtremo (Daniel Benmayor) y Solo una vez (Guillermo Ríos), no ha dejado a nadie indiferente. Tampoco a Vogue, que la ha elegido como una de las protagonistas del cortometraje Jupiter Rain (dirigido por Imanol Ruiz de Lara) que se estrena este año. “La propuesta me encantó porque tiene una estética anime que me alucina. El proyecto es una pasada, está muy bien hecho”, describe. Un viaje a otro planeta que no pinta mal para una carrera que ahora despega a los cielos. Por Andrea Román.
Alba Reche lleva americana de esmoquin cruzada, de Miu Miu; pendiente de oro rosa de 18k y diamantes blancos, de Gold&Roses; y sus propios pendientes. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Alba Reche
No es baladí que Pido tregua sean las dos palabras elegidas por Alba Reche (Elche, 1997) como estocada tras la tormenta que supone pasar por la academia musical más mediática de este país (esto es, Operación Triunfo). Sin atisbo de complejos, la valenciana se sacudió en cuestión de meses el supuesto estigma de triunfita con un álbum fluido, algo electrónico y trufado de ecos mitológicos como Quimera, (Universal), una suerte de aval de que Reche era mucho más que todas las baladas que hasta entonces había interpretado a conciencia en la pequeña pantalla. “Tenía muy claro que convenía parar, moldearlo todo bien y después, por último, decir aquí estoy yo”, proclama segura desde una ventana de Zoom desde la que muestra su habitación en su localidad natal. “Tenía mucho miedo desde el principio a verme expuesta, no porque tuviera miedo de exponerme a mí misma, sino porque me daba reparo lo que pudieran hacer conmigo”, añade. Por suerte, un carácter irreverente y combativo (del que salen a partes iguales términos como ‘me renta’ y dardos de honestidad como “el arte es cultura y la cultura no es de la élite, sino del pueblo, donde me muevo yo”) ha hecho que el miedo se volviera potencia en un segundo álbum con tesoros como El desarme, Flor alta o La culpa, a punto de ver la luz. “De momento no podremos bailarlo en un club, pero espero que cada uno lo ponga en el altavoz más cercano para hacerlo suyo”. Próximamente, en sus mejores sistemas de sonido. Por Mario Ximénez.
La actriz Milena Smit lleva vestido largo negro de tul con detalles bordados y cinturón tipo corsé D-Lace con cordones, ambos de Dior; botas negras de charol con plataforma, de Dominnico. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Milena Smit
“Me parece muy complicado tener que decidir, con 18 años, a lo que quieres dedicarte el resto de tu vida, aunque luego puedas cambiar de oficio. En mi caso, no quise arriesgarme a perder cuatro años en estudiar una cosa que no me atrayese y no me hiciera disfrutar. Decidí ponerme a trabajar, enfocándome en ser independiente, ganando otras aptitudes, no de formación, pero sí de vida. Cuando me llegó la oportunidad de participar en la película No matarás, pensaba: ‘Este sería el sueño de cualquier niño o actor . Yo lo estoy cumpliendo y nunca lo pensé, nunca lo quise, me ha venido solo’. Es algo muy bonito poder descubrir un sueño con la misma o más intensidad que si lo llevarás teniendo desde hace 15 años”, declara la actriz murciana Milena Smit (nacida realmente en Elche, en 1996), que asegura no amedrentarse ante nada y querer ser en una intérprete singular en el cine español (“No quiero ser una más porque no lo soy en mi día a día”, reivindica). El de No matarás, el otoño pasado, fue su debut absoluto. No tenía experiencia, ni entrenamiento, ni había estudiado jamás un texto. Sin embargó, conquistó la gran pantalla junto a Mario Casas, a las órdenes de David Victori, responsable de su ‘descubrimiento’ a través de Instagram, y ya tiene un nuevo proyecto en la recámara: este año estrena en Netflix la serie de thriller sobrenatural Alma. Por Paloma Abad.
Manu Ríos luce chaqueta de punto, pantalón corto con estampado de tigre, boxers, collar con concha y collar de perlas, todo de Celine Homme por Hedi Slimane. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Manu Ríos
La suya es una de esas historias solo posibles en la era de las redes sociales: de un pequeño pueblo de la Mancha como Calzada de Calatrava a trabajar con Dior, protagonizar la serie del momento y hasta grabar un disco (que promete ver la luz antes del fin de 2021). “Empecé subiendo las versiones que cantaba en casa. Mi padre era quien me ayudaba a hacerme las fotos, los vídeos… Él fue el que de repente un día me dijo: ¿Qué está pasando? Has ganado 30.000 seguidores en dos días. Me había viralizado”, recuerda este joven que, con solo 22 años, se prepara para su salto definitivo al estrellato de la mano de Élite. “Siempre había sabido que la interpretación me gustaba, pero hasta ahora no había estado en un rodaje de este calibre. Quiero seguir formándome, aprendiendo y continuar esta faceta", reconoce. Sus más de cinco millones de seguidores ya tienen otra excusa para no perderle la pista. “Si tuviese que definirme sería muy difícil. Simplemente soy alguien a quien le atrae todo lo que sea creativo”. Por Nuala Phillips.
La artista Clara Cebrián lleva vestido azul claro largo de algodón y seda con estampado de flores, de Isabel Marant; y pendientes de plata bañada en oro, de Simuero. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo
Clara Cebrián
Acaba de llegar a su casa/estudio de Madrid tras pasar tres semanas en Grecia, tres días más en París y en una semana, probablemente, Clara Cebrián (Madrid, 1991) esté poniendo rumbo a Sicilia. “Esto es un regalo que me ha hecho la vida. Tengo un trabajo que no necesita estar plantado en un lugar, y soy muy golosa de las pequeñas cosas, como ir a un supermercado de otro país y ver que los productos son diferentes, que la loseta del suelo es diferente…”, confiesa la artista desde su casa/estudio en Carabanchel, donde estos días ha estado fotografiando algunos de sus cuadros de gran formato y dibujando obras más pequeñas. “Para mí pintar es como para muchos otros ir al gimnasio. Estoy muy sorprendida con el hecho de que la gente me pague por el resultado de lo que yo hago para relajarme”, confiesa. Sus obras, en dulces tonos pastel, que funcionan casi como poesías visuales con un deje naíf, seducen por igual a posmilénicos y zetas. Su estilo bohemio y su “caos plagado de posibilidades” resultan magnéticos. ¿Propósitos para 2021? Ya irán llegando: “En abril tenía un montón de planes, ferias de arte, exposiciones, y fueron cambiando y cayendo uno por uno… naciendo otros proyectos. Así que he decidido relajarme y entender que el único plan es el que está pasando esta semana”. Por Paloma Abad.
Alejandro Speitzer luce camisa multicolor de satén de seda con puntos ópticos, y pantalón negro de raya diplomática, ambos de Versace. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Alejandro Speitzer
Lo que comenzó como un acto de imitación a su hermano, también actor, se ha convertido en la vocación del mexicano Alejandro Speitzer (Culiacán, Sinaloa, 1995), que con 25 años acumula a sus espaldas otros veinte de experiencia frente a las cámaras. Reconoce que en su larga carrera “hay un riesgo, al estar tanto tiempo expuesto uno tiene que ir evolucionando y de esta forma no cansar al público”, pero razona que un nuevo proyecto supone volver a vivir las sensaciones de la primera vez, guiado por las emociones que transmite cada historia en la que decide involucrarse. “Siempre que sepa que van a suponer un reto para mí”, apuntilla. Entre alguno de los que lo han ocupado últimamente figuran las series Oscuro deseo y Alguien tiene que morir, esta última creación del director Manolo Caro (La casa de las flores). En unos meses, regresa a la gran pantalla a las órdenes de Minnie West con Me encanta pero me asusta para fulminar, por si quedara un poco, toda la nostalgia de sus años de niño prodigio. Por Lucía Pandiella.
Rakky Ripper lleva jersey de cachemir a rayas, top de encaje elástico y falda de tul con encaje, todo de Miu Miu; y botas de charol con plataforma, de Dominnico. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Rakky Ripper
Si tener las cosas claras es uno de los requisitos fundamentales para alcanzar el éxito, Raquel García, alias Rakky Ripper, tiene ya mucho camino andado. Con solo 25 años esta granadina ha conseguido crear un alter ego musical que ya supone uno de los máximos exponentes del hiperpop patrio, un género marcado por las influencias del K-pop, la electrónica y, también, la estética de los 2000. “Cuando empecé, creé un personaje, pero no en el sentido de coger papel y boli, sino que surgió natural porque también iba acorde a como vivía yo en aquella época y lo que escuchaba”, recuerda. Unos inicios que estuvieron marcados por experimentos con el reguetón o el trap, pero que hoy han encontrado su lugar en un sonido que ella misma define como pop chicloso. “Ahora mismo estoy en un punto en el que estoy probando muchos sonidos y aunque no me cierro a nada, estoy muy contenta con el resultado que he alcanzado”, afirma. Un producto que, por lo de pronto, ya hemos podido testar en sus dos últimos temas (Cyberpet y Coyote), pero que promete tomar forma este 2021, de la mano de su segundo EP, Xtra Cost, previsto para febrero. Por Nuala Phillips.
Pol Granch luce camiseta de lino y algodón lavado con dibujo y pantalón de mezclilla con detalles en cuero y jacquard, todo de Gucci; y pulseras propias. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Pol Granch
Desde que en julio de 2018 ganara la versión española del concurso musical Factor X y fichara con Sony, la carrera de Pablo Grandjean (Madrid, 1998), artísticamente Pol Granch, ha saltado de una emoción fuerte a otra. Con un estilo pop actual y de amplio bagaje, en 2019 sacó su primer sencillo, Late. Poco después llegó un EP de título homónimo. En 2020, mientras continuaba lanzando temas como Chocolatito –en cuyo vídeo se respira la influencia estética de Harry Styles–, anunció que daba el salto a la interpretación en Élite, cuya cuarta temporada está a punto de caramelo. “Ha venido todo de repente y solo puedo estar agradecido. Tengo los horarios hasta arriba, pero estoy feliz porque sigo haciendo música, y muchas ideas que quiero mostrar”, explica para adelantar que el goteo de sencillos continuará estos meses. En cuanto al celuloide, todo parece fluir en buena dirección: “Al principio no sabía si podría estar al nivel de exigencia, pero cada vez me voy sintiendo más cómodo. Si me llaman, no tendría ningún problema en seguir. Es un mundo que me encanta”. Por Eva Blanco.
Megane Mercury lleva conjunto de chaqueta y pantalón con flecos de piel, de María Escoté; y botas Ranger con cordones, de Celine Homme por Hedi Slimane. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Megane Mercury
Comenzó estudiando periodismo pero al final ha acabado siendo sujeto de noticia por derecho propio. De ascendencia ecuatoguineana, Megane Mercury (Móstoles, 1996) inició su inmersión en el mundo del arte por la vía de la fotografía, pero pronto se fue abriendo a disciplinas como el vídeo, la música o la actuación. El manido término de ‘artista multidisciplinar’ no ofrece un solo ‘pero’ en su trayectoria, que incluye desde proyectos artísticos como Negras malas a estocadas musicales como Fr33 B33f, un zambullido sin prejuicios en géneros como el reguetón, el rap y el funk carioca. “A los artistas negros nos ha pasado lo mismo toda la vida: o jugabas a intentar ascender según los filtros del mainstream, o era imposible que tuvieras una carrera a la vista. Ahora, afortunadamente, vamos quitándonos ciertas tonterías”, concede. Así lo plasma en todo lo que toca, explorando identidades disidentes y combatiendo el racismo y otros prejuicios con su ojo incansable. No extrañará que su próximo EP, que se estrenará de manera inminente, respalde su necesaria tesis. Por Mario Ximénez.
Eva B luce vestido de tul verde agua, de Reveligion. © Miguel Reveriego. Estilismo: Juan Cebrián y Vito Castelo.
Eva B
El paso por la academia de Operación Triunfo 2020 ha cambiado la vida de la gallega Eva Barreiro (Sada, 2000), que desde entonces no ha cesado de trabajar para labrarse un hueco en el mundo de la música. “En el peor año de la historia, yo he tenido la mejor oportunidad del mundo", razona. Sin formación musical previa al concurso, reconoce que la experiencia “me ha servido muchísimo para evolucionar tanto a nivel personal como artísticamente”. Un camino que se ha traducido en sencillos como América y More. Aunque, advierte, el trabajo que está por venir no tendrá necesariamente mucho que ver con lo visto hasta ahora. “No lo definiría porque no tengo un estilo. Hago música que yo creo que suena bien, lo único que me importa es disfrutarlo. No quiero estilos, quiero sonidos”. Por Lucía Pandiella.
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