El alcalde de Sevilla se resiste a anunciar ya su candidatura al PSOE andaluz como quiere Ferraz

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El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, avalado por la dirección federal del PSOE para competir contra Susana Díaz por la secretaría general de los socialistas andaluces, se resiste a acelerar los plazos para lanzarse a la carrera interna. La dirección federal quiere que Espadas anuncie después de Semana Santa, como adelantó eldiario.es, su candidatura, pero el alcalde ya ha dicho que no quiere mover ficha hasta después del verano, según fuentes socialistas.

Los críticos a Susana Díaz llevan meses intentando ponerse de acuerdo sobre la persona que debe competir con la expresidenta de la Junta en el congreso regional que se celebrara antes de final de año. Muchos han sido los nombres que han circulado, pero al final sobre la mesa solo ha quedado el de Espadas, ya que Pedro Sánchez no quiere prescindir de su ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

Esta es la preferida por muchos en Andalucía, aunque en su contra tiene, según señalan, sus 16 años en el Gobierno andaluz, bajo las presidencias de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz. El PP, por si acaso, ya había advertido que preparaba dosieres sobre la ministra ―”tiene mochila”, dicen los populares―, ya que estaba en el Gobierno andaluz cuando se aprobó una ayuda de 8,3 millones de euros a la empresa Isofotón, investigada por la Fiscalía Anticorrupción.

El problema que se plantea ahora con Espadas es el de los plazos. Ferraz pretende que se lance cuanto antes a la carrera interna, mientras que el alcalde, que dirige el ayuntamiento más poblado en manos del PSOE, y que nunca se ha caracterizado por actuar con prisas, asegura que “no toca”. El primer edil quiere preservar al máximo su papel institucional y no poner en riesgo los acuerdos logrados tanto a su izquierda, con Adelante Sevilla, como a su derecha, con Ciudadanos. Tampoco tiene un relevo claro y uno de los riesgos que corre es que el PSOE pierda el Ayuntamiento y que, además, siga en la oposición en la Junta. Pero también tiene otro temor: pide garantías de que, cuando dé el paso para aspirar a la secretaria general y se celebren primarias para el candidato a presidir la Junta, ese apoyo se mantenga. No quiere sorpresas.

“Toca cuando toca”

En la misma posición que la dirección federal están otros muchos dirigentes críticos que apuestan por la renovación en el PSOE andaluz después de perder la Junta de Andalucía, tras las elecciones autonómicas de 2018. “Toca cuando toca”, aseguró a este periódico un secretario general provincial, favorable a agitar el calendario por lo que pueda pasar y contrario al silencio de Espadas.

En el ambiente de agitación electoral que vive todo el país, el temor que existe en ámbitos socialistas andaluces es que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, adelante las elecciones autonómicas, previstas para finales de 2022. Moreno acaba de firmar un acuerdo con su socio de Ciudadanos en el que se compromete a agotar la legislatura (también a no robarse cargos electos), pero ese compromiso puede saltar por los aires si la inestabilidad se instala en el Ejecutivo autonómico.

“Hay que acelerar los plazos por los ‘y si”, afirma un diputado autonómico andaluz. Otros dirigentes también creen necesario que Espadas comience cuanto antes a recorrer el cerca del millar de agrupaciones locales del PSOE andaluz, tarea en la que lleva semanas dedicada en cuerpo y alma Susana Díaz, como ya hizo cuando Griñán la propuso para sustituirlo. El mismo método aplicó, el del contacto directo con los militantes, en las primarias que perdió frente a Pedro Sánchez.

Uno de los problemas que los socialistas andaluces ven en la candidatura de Juan Espadas es precisamente su condición de alcalde de Sevilla. “Eso es un hándicap, porque, en provincias como en Granada o Málaga, Sevilla genera mucho rechazo”, asegura un dirigente nacional. Otro es que carece de experiencia orgánica. Fue secretario de las políticas sectoriales de medio ambiente, pero nunca ha participado en tareas de partido de primer nivel, en una formación tan compleja como la federación andaluza.

Otro de los motivos que alegan los que abogan por apretar el acelerador es que debe ahormar una candidatura netamente andaluza y desbaratar la idea de que su elección viene de Ferraz. Esto es algo difícil de creer porque durante estos últimos meses los críticos casi suplicaban una señal de la dirección federal para apoyar al elegido.

Con esta baza va a jugar la candidatura de Susana Díaz, que presentará a Espadas como un producto de una decisión tomada “en una mesa de camilla de Madrid” y no en Andalucía, según fuentes próximas a la secretaria general. Pese a que algunos creen que Díaz no aguantará el tirón hasta el final, los que la conocen aseguran que hay “cero posibilidades” de que se retire, salvo que una gran mayoría de secretarios generales provinciales la empujen en esa dirección. Ahora mismo esa situación no se da. Díaz ya descartó marcharse de Andalucía cuando, tras perder la Junta, la tantearon para ir en las listas europeas y le ofrecieron la presidencia del Senado. En Ferraz elucubraron con ofrecerle de nuevo este puesto en el caso de que hubieran optado por la presidenta del Senado, Pilar Llop, como candidata socialista a la Comunidad de Madrid.

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Rodrigo Cuevas vive en una aldea asturiana de 12 habitantes. No tiene televisión ni lavavajillas, “ni esa cosa que solo sirve para calentar la leche” (se refiere al microondas). “Mucho mejor un cazo”, ríe. Todas las mañanas le despereza el sonido de la naturaleza que se ensancha entre arboledas y riachuelos. Algún día suena una pandereta acariciada por una abuela asturiana. O por su nieta. Cuevas (Oviedo, 35 años) se toma en serio su conexión con esos ancestros que no podían imaginar que la música que hace décadas alumbraba sus fiestas aldeanas hoy sirve para agitar el fuego del baile de gente joven. Cuevas es uno de los artistas que están reinterpretando la música popular española en clave contemporánea. “Existe un hartazgo de lo anglosajón, de cosas importadas, y, en consecuencia, una búsqueda de una identidad. Hay una crisis de identidad muy grande en general y mucha gente está decidida a viajar a las raíces y buscar referentes locales. Paralelamente, se está creando una escena de artistas que trabajamos con el folclore desde la diversidad”, señala uno de los puntales de esta escena, con discos como Manual de cortejo y, sobre todo, con conciertos desprejuiciados, multicolores y divertidos.

Los nombres son muchos: Baiuca (Galicia), Montañes (Andalucía), Lorena Álvarez (Asturias), Los Hermanos Cubero (Castilla), Queralt Lahoz (Cataluña)… Todos son jóvenes que tratan el folclore con una actitud desacomplejada y bastarda, despojándolo “del marcialismo y de la caspa que tenía durante el franquismo”, apunta Cuevas. Con su música están proporcionando escenas casi inéditas: gente joven bailando muñeiras tecno; veinteañeros embelesados con una jota dance o adolescentes balanceándose al ritmo del folclore castellano rockerizado. Algunos lo llaman Nueva Canción Popular Española, otros Nuevo Folclor Español. Ellos prefieren no etiquetarse.

“Diría que estamos reinterpretando o actualizando la música popular”, señala Alejandro Guillán (Pontevedra, 31 años), que acaba de publicar con su grupo Baiuca el disco Embruxo, la estimulante colisión entre la música electrónica y el folclor gallego: pandereteiras y house. El sur ya goza desde hace décadas (los reivindicados Smash surgieron a finales de los sesenta) de esta deconstrucción de géneros. Al norte le ha costado más. “Con 12 años escuchaba a Carlos Núñez y a Milladoiro, pero sentí que esa música no tenía más recorrido. El norte necesitaba este momento de explosión y recortar terreno a las décadas que nos lleva, por ejemplo, Andalucía”, señala el líder de Baiuca.

La cantante Queralt Lahoz en una imagen de 2021.

“De todo lo que viene del sur, como el flamenco o la copla, sí hay un imaginario de que ‘esto es español’. Pero el resto se había quedado fuera. Y esto había generado un complejo en el norte de que lo nuestro no podía salir del circuito de la música folk. Ahora creo que nos lo estamos creyendo un poco”, apunta Cuevas. Muchos de estos grupos exponen su directo estos días en el festival La Mar de Músicas (del 16 al 24 de julio en Cartagena), en una edición cuyo director, Eugenio González Cremades, denomina “Especial España”. “Estos músicos que tienen la raíz muy presente han roto la frontera de la edad. Han sabido llegar a la gente joven. Y han bajado la media de edad de nuestro festival, y mucho. De hecho, los están programando en festivales indies y de electrónica”.

Lorena Álvarez, en una imagen de 2019. Adrián Nieto Maesso

Esa es una de las claves de esta generación, la utilización de la electrónica para conseguir, por ejemplo, que una sevillana se baile en una rave. Los andaluces Califato ¾, que tienen reciente su álbum La contraçeña, son los responsables. “Algunos de nosotros venimos de la música electrónica, pero hemos mamado conceptos folclóricos desde pequeños: la Semana Santa, el flamenco, la Feria de Abril…”, apunta Curro Morales (Jaén, 41 años), guitarra y voz del grupo.

Queralt Lahoz (Barcelona, 29), que acaba de editar Pureza, un torbellino que aúna flamenco con ritmos latinos o hip hop, nació en Santa Coloma de Gramanet, de familia migrante procedente de Granada. “Hemos querido ser siempre como los americanos, algo más cool, como si lo nuestro fuese menos. Pero tenemos que valorar nuestro folclore. Se trata de decir: vamos a encontrarnos, vamos a sacar todo el oro que hay en nuestra tierra. Yo prefiero el tapete andaluz cosido por mi abuela que cualquier cosa de Ikea”, señala rotunda. El jefe de Baiuca le da importancia al fenómeno Rosalía: “Su éxito anima a otros artistas a hacer música con la identidad de nuestro lugar de nacimiento. Si te quieres diferenciar de lo que se hace en el mundo hay que mirarse hacia dentro. El público reclama unas músicas diferentes, descubrir otras cosas que se salgan de los patrones más estándares”.

“Cuando a un pueblo se le coloniza económica y culturalmente se destruye su identidad y su historia”, señala Curro Morales, guitarrista de los andaluces Califato 3/4

¿Tienen estos músicos alguna reivindicación social o política? La mayoría sí. “En Califato ¾ nos une el andalucismo. Ahora algunos andaluces se avergüenzan de su procedencia, cosa que no pasaba hace 10 o 15 años. En muchas profesiones se oculta el acento andaluz de forma incomprensible. Y ya está bien de escuchar estereotipos como el de la vagancia. Nos interesa conocer de dónde venimos y sentirnos orgullosos de lo que somos. No creerte mejor que nadie, pero tampoco peor. Cuando a un pueblo se le coloniza económica y culturalmente se destruye su identidad y su historia”, señala el guitarrista del grupo.

Alejandro Guillán, líder de Baiuca, en 2021.

Lahoz, que se vuelca en unas letras comprometidas, advierte: “Estamos viviendo un momento bastante jodido. Creíamos que habíamos avanzado, pero vemos que no. Hay colectivos LGTBi reprimidos, que tienen miedo a salir a la calle. Existen partidos políticos que están sembrando el odio. Son los hijos de los hijos del franquismo. Esto hay que decirlo…”.

La perspectiva de Cuevas va más allá de la música que está componiendo. “Lo importante no es lo que hagamos en el escenario. Lo realmente interesante es que se vuelva a bailar, en las plazas, en las fiestas, en las cocinas, en los bares… Cada día hay más gente que baila, que toca la pandereta, que canta… Ahí es donde se aprecia que un pueblo está vivo y se genera la diversidad del folclore, el contenido de lo que luego utilizamos en el escenario”, dice durante la entrevista telefónica. Y se corta la comunicación, porque la cobertura no campa a sus anchas en las profundidades de la Asturias rural.

Juan Marín gana el pulso en Ciudadanos Andalucía y cambia el grupo parlamentario

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El vicepresidente del Gobierno andaluz, Juan Marín (izquierda), y el entonces portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos, Sergio Romero, en el Parlamento de Andalucía en Sevilla, el pasado octubre. Julio Muñoz / EFE

La crisis en el grupo de Ciudadanos en el Parlamento andaluz se ha saldado con la victoria del coordinador regional y vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín. En el último pleno del actual periodo de sesiones, Marín ha cambiado de sopetón a la dirección del grupo que desde el inicio de la legislatura vive en una situación permanente de zozobra y división. El portavoz del grupo, Sergio Romero, abandona esta responsabilidad y ocupará un puesto en la Mesa de la Cámara como vicepresidente tercero. También prescinde del portavoz adjunto, Fran Carrillo, quien, según fuentes próximas, considera su salida como “una purga”.

Los 21 diputados de Ciudadanos en la Cámara andaluza conviven a duras penas desde hace ya muchos meses. Marín acariciaba desde hace tiempo la idea de cambiar a Romero como portavoz, pero nunca hasta ahora había tenido el visto bueno de la dirección nacional. La luz verde se ha producido a las puertas de las vacaciones parlamentarias y en un momento muy delicado en Ciudadanos donde hace meses que se llevan produciendo bajas y fugas de cargos públicos del partido liberal.

Romero pasará a ocupar un puesto en la Mesa como vicepresidente tercero, cargo que dejará Julio Díaz, uno de los sostenes más fieles al vicepresidente andaluz y que asumirá ahora la secretaría del grupo. La portavocía la llevará la diputada por Málaga Teresa Pardo. El hasta ahora portavoz dijo que su relevo está acordado con la dirección nacional de Cs desde hace cuatro meses: “Me voy yo, no me echa nadie”.

Por el contrario, para Carrillo su salida como portavoz adjunto, que le comunicó el miércoles Juan Marín, se debe a su posición crítica con las decisiones erráticas de las direcciones nacional y andaluza que, en su opinión, conducen al partido liberal hacia la irrelevancia, según fuentes próximas al político. Carrillo ha calificado su relevo como “una purga” ante algunos de sus compañeros de grupo. Por el momento, Carrillo, que fue senador por la comunidad autónoma durante tres legislaturas, no planea pasar a ser diputado no adscrito, situación en la que ya se encuentran 12 diputados del Parlamento autónomo.

La crisis del grupo fue sometida a votación en la tarde de este jueves. Solo tres diputados no la ratificaron, mientras que el resto apoyó la propuesta, incluido el propio Carrillo. Marín contó que la remodelación se produce por el deseo del portavoz de dejar su responsabilidad. Ambos comparecieron juntos por primera vez en lo que va de legislatura para trasmitir “normalidad”.

Los cambios en el grupo parlamentario afianzan la posición interna de Juan Marín en su carrera por ser de nuevo candidato a la presidencia de la Junta. El también vicepresidente andaluz lleva semanas con una doble agenda por todas las provincias andaluzas donde combina su cargo institucional y el orgánico como coordinador de Cs Andalucía. Intenta recabar apoyos cuando se convoquen las primarias a la presidencia de la Junta, nominación a la que también aspira la consejera de Igualdad y diputada por Huelva, Rocío Ruiz.

Marín ha jugado bien sus cartas con la dirección nacional que lidera Inés Arrimadas. Tras los malos resultados electorales de Ciudadanos en Cataluña, en la Comunidad de Madrid y la frustrada moción de censura en la Región de Murcia, el vicepresidente andaluz combinó su apoyo a Arrimadas con la petición de cambios internos de los que él se ha beneficiado tras estos fiascos. Ahora forma parte de la dirección permanente de Cs. Arrimadas, en su última visita a Sevilla, defendió acabar con las disputas internas y de alguna manera apostó por unas primarias pacíficas ante el cúmulo de problemas que se le amontonan por todos los rincones del país.

El último fue la crisis con el PP en el Ayuntamiento de Granada, que saldó con la pérdida por parte de Cs de la única capital de España que gobernaban. La falta de entendimiento con los populares acabó dando la alcaldía al PSOE, en un acuerdo en el que participaron el exalcalde Luis Salvador y otro concejal. Esta operación generó dudas sobre si desde la dirección regional de Cs estaban abonando el terreno para un entendimiento futuro con el PSOE andaluz pilotado ahora por Juan Espadas.

Tanto los dirigentes del PP como de Ciudadanos insisten en que la situación convulsa del partido liberal no afecta a su relación en el Gobierno andaluz de coalición, en el que no ha habido hasta el momento ningún amago de ruptura. PP con 26 escaños y Ciudadanos con 21 gobiernan la comunidad más poblada de España con el apoyo externo de los 11 diputados de Vox. Los tres juntos suman 58 escaños, tres más de la mayoría absoluta (55). El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, volvió a insistir el miércoles pasado en que agotará la legislatura, que acaba en diciembre de 2022.