Vocales del CGPJ avisan de que echar a los monjes del Valle de los Caídos iría contra el Concordato
Tres vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) consideran «probable» que el Gobierno de Pedro Sánchez pretenda expulsar a los monjes benedictinos del Valle de los Caídos con la nueva Ley de Memoria Democrática y advierten de que esa medida supondría una vulneración del actual Concordato, el acuerdo que regula las relaciones Iglesia-Estado desde enero de 1979.
Así lo exponen la abogada del Estado Nuria Díaz Abad y los magistrados Juan Manuel Fernández Martínez y Juan Martínez Moya en el voto particular que han formulado contra el acuerdo por el que el pleno del CGPJ respaldó este lunes el informe sobre el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática, que sustituiría la norma aprobada en la etapa de Rodríguez Zapatero. El órgano de gobierno de los jueces ha censurado varias de las disposiciones del texto, entre otros motivos por vulnerar la libertad ideológica.
De forma explícita, el anteproyecto redactado por el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática no establece en ninguno de sus 66 artículos ni en sus 21 disposiciones -diez adicionales, nueve finales, una transitoria y otra derogatoria- la expulsión de la citada comunidad religiosa de Cuelgamuros, pero abre la puerta a la salida de los frailes después de casi 63 años o al menos a limitar su acción en el recinto.
«Se declara extinguida la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos por resultar incompatibles sus fines con los principios y valores constitucionales», prevé el artículo 55.5 del texto elaborado por el Gobierno. De aprobarse en su redacción actual, se establecería mediante real decreto un nuevo marco jurídico para la organización, el funcionamiento y el régimen patrimonial.
El 23 de agosto de 1957, Franco acordó crear la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos -a la que atribuyó la titularidad y administración del conjunto- para «rogar a Dios por las almas de los muertos en la Cruzada Nacional, impetrar las bendiciones del Altísimo para España y laborar por el conocimiento e implantación de la paz entre los hombres sobre la base de la justicia social cristiana».
Los monjes, desde 1958 en Cuelgamuros
Dichas tareas fueron confiadas a la abadía benedictina de la Santa Cruz en virtud del convenio que Luis Carrero Blanco -en representación del Estado- y el abad de Silos, Isaac María Toribios, firmaron el 29 de mayo de 1958. Justo 49 días después llegaron veinte monjes del monasterio burgalés para establecerse en el Valle de los Caídos -al menos cuatro continúan, entre ellos el abad emérito Anselmo Álvarez Navarrete- y cumplir los fines fundacionales. Éstos eran «mantener el culto con todo el esplendor que la Iglesia recomienda»; «dirigir y adiestrar una escolanía que contribuya a la mayor solemnidad de las funciones litúrgicas», «dirigir el Centro de Estudios Sociales», «seguir al día la evolución del pensamiento social en el mundo, su legislación y realizaciones»; «recopilar la doctrina de los pontífices y pensadores católicos sobre la materia» y «mantener al día una biblioteca especializada en materia religiosa y católico-social».
De no sufrir modificaciones y salir adelante con la redacción del anteproyecto, la futura Ley de Memoria Democrática incluiría una novedad jurídica de calado en lo concerniente a las relaciones entre la comunidad benedictina y Patrimonio Nacional, el organismo público que administra la Fundación del Valle de los Caídos a través de su consejo de administración. El convenio con el monasterio de Silos quedaría en papel mojado y, a partir de ahora, dichas relaciones se regirían por la nueva norma y por el Reglamento de Fundaciones.
El Gobierno mantiene congelada la asignación anual a los monjes para cubrir los gastos de funcionamiento desde su llegada
«Esto significa que, no es descartable sino probable, que se quiera prescindir de la comunidad benedictina, cuando su presencia en la basílica está anclada en el acta de erección pontificia de la Abadía, como se ha explicado, y no puede modificarse sin con ello vulnerar el Acuerdo con la Santa Sede sobre asuntos jurídicos, que declara la inviolabilidad de los lugares de culto», plantean en su voto particular los citados vocales del CGPJ.
A la luz de lo que señalan estos juristas, la salida de los frailes de Cuelgamuros sólo podría llevarse a cabo con el beneplácito del Vaticano o incumpliendo el Concordato, dado que el convenio firmado por el Estado con la abadía de Silos para el establecimiento de una comunidad religiosa en el Valle de los Caídos tiene duración indefinida. Los frailes tienen derecho a permanecer en la fundación mientras cumplan las obligaciones a las que se comprometieron en 1958.
El Gobierno mantuvo una posición enconada con los monjes benedictinos durante los preparativos para exhumar los restos de Franco, enterrado en la basílica del Valle de los Caídos desde el 23 de noviembre de 1975 y reinhumado en el cementerio madrileño de Mingorrubio-El Pardo el 24 de octubre de 2019. Los religiosos se oponían al no contar el Ejecutivo el permiso de los nietos del dictador y llegaron a interponer recurso ante el Tribunal Supremo, que no vio conculcado el Concordato y dio luz verde al traslado a otra sepultura.
Pulso de Carmen Calvo con el prior
De hecho, la vicepresidenta Carmen Calvo llegó a escribirle al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, para poner en su conocimiento que el máximo responsable de la abadía benedictina del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, había rechazado el permiso para acceder al templo y pedirle que tomara las decisiones oportunas «a fin de remover los obstáculos que la referida abadía ha creado con su decisión» y evitar «un conflicto jurídico y político» indeseado. La misiva se envió el 14 de febrero de 2019, ocho meses antes de que se consumara la exhumación.
Si no la expulsión, el Gobierno sí limitaría de forma notable con la nueva disposición normativa la acción de los monjes en Cuelgamuros, a los que mantiene bloqueado el pago de la asignación que se le concede anualmente a la abadía -unos 340.000 euros- para el mantenimiento del culto y poder atender la escolanía. El último cobro fue el correspondiente al ejercicio 2017, funcionando desde entonces con recursos propios, donaciones y los ingresos de la explotación de la hospedería.
Los herederos de los donantes podrían reclamar indemnización si se extingue la Fundación del Valle de los Caídos al decaer la finalidad
El Ejecutivo de Pedro Sánchez justificó su decisión en las conclusiones del informe de fiscalización al consejo de administración de Patrimonio Nacional correspondiente a 2013 y conocido en 2016. El Tribunal de Cuentas detectó que no se había rendido «nunca» cuenta justificativa de dicha ayuda ni se había ofrecido «una explicación» sobre la relación de dichos gastos con las obligaciones asumidas por la orden religiosa en virtud del convenio que la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos firmó con la abadía benedictina de Silos el 29 de mayo de 1958.
Los tres vocales del CGPJ que han firmado el voto particular aprecian otras «circunstancias» que hacen «difícil» la proyectada disolución de la fundación. La extinción podría abrir la puerta a «multitud de reclamaciones ante los tribunales» toda vez que las donaciones de joyas con las que se estableció el capital de la Fundación del Valle de los Caídos -valoradas en unos 100 millones de pesetas- habría «perdido su finalidad» y los donantes o herederos podrían solicitar su reversión. «Ello podría ocasionar una masiva petición de miles y miles de personas, que, si su donación no pudiera ser identificada, tendría derecho a una indemnización», añaden.
La Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos es la propietaria de 58 inmuebles, diez de naturaleza urbana -entre ellas la basílica-abadía-hospedería- y 47 rústicas, todas ellas en Cuelgamuros. También es titular de la concesión administrativa del embalse en el río Arroyo Boquerón, con una capacidad de cuenca de un kilómetro cuadrado.
El patrimonio de la Fundación
A ello se suman 624 bienes muebles repartidos por los edificios del conjunto -entre ellos 167 muebles, 127 luminarias, 79 esculturas, 66 textiles litúrgicos, 64 artículos de plata y 33 de metal, 19 obras de decoración arquitectónica y 15 retablos- y un saldo en cuentas bancarias que a finales del pasado año ascendía a 339.719,85 euros, según se detalla en la respuesta ofrecida por Patrimonio Nacional a este diario en respuesta a una petición formulada a través del portal de la transparencia. La explicación a este importe es que seguía pendiente la justificación de la subvención a la abadía.
Consumada la exhumación de los restos del dictador y su traslado desde la basílica de Cuelgamuros al cementerio de Mingorrubio-El Pardo, el Gobierno de coalición pretende ahora resignificar el Valle de los Caídos para «dar a conocer «las circunstancias de su construcción, el periodo histórico en el que se inserta y su significado, con el fin de fortalecer los valores constitucionales y democráticos». De momento, no ha trascendido cómo piensa llevarlo a cabo.
Las mil joyas de la Biblioteca Nacional que Franco llevó al Valle de los Caídos
El 14 de abril de 1961, la Biblioteca Nacional (hoy BNE) perdió casi mil libros de gran valor: se los tuvo que entregar al abad de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Según la documentación del archivo de la institución, fueron un total de 973 volúmenes, que correspondían con 494 ediciones que aparecen numeradas en un listado llamado «Libros para el Valle de los Caídos».
En la selección que se hizo para la comunidad benedictina, que se instaló en Cuelgamuros en julio de 1958, hay auténticas joyas: ‘Las Vidas’ de Plutarco en edición de Basilea de 1535; unas ‘Obras’ de Platón en edición de Marsilio Ficino, publicadas en Lyon en 1567 por Antoine Vincent; una
obra de Juan González Martínez sobre la ‘Física’ de Aristóteles, impresa en Alcalá de Henares por la viuda de Andrés Sánchez de Ezpeleta en 1622; un diccionario árabe-latino de Jacob Golius de 1653; un alfabeto tibetano, de Agustino Antonio Giorgi, impreso en Roma en 1762. Es solo una pequeña muestra.
Este ‘regalo’ está ahora a punto de volver a la BNE, después de una reclamación realizada a través de Patrimonio Nacional y una investigación que se inició en 2018. Un informe de la Abogacía del Estado afirma que se trata de «bienes del Patrimonio Histórico Español de titularidad de la Biblioteca Nacional de España, y son bienes de dominio público, inalienables, imprescriptibles e inembargables, por lo que su depósito en la Biblioteca del Valle de los Caídos, solo pudo haberse hecho en concepto de préstamo o comodato».
«Estos libros constituyen un conjunto de gran valor patrimonial, cuya salida supuso una importante pérdida para las colecciones de la BNE, especialmente por lo que respecta a algunos ejemplares singulares», afirman desde la BNE. Está previsto que en las próximas semanas se firme un acuerdo de devolución entre las dos entidades.La próxima reunión se celebrará el 20 de abril. Por lo visto, la anterior cita «se desarrolló en un clima de cordialidad», y en ella «se llegó a un acuerdo satisfactorio para las partes».
Según el estudio preliminar de la Biblioteca, al que ha tenido acceso ABC, hay un total de 47 ediciones del siglo XVI: la más antigua es de 1535. Del XVII hay 232 ediciones; del XVIII, 194; y del XIX hay, curiosamente, 19. Del siglo XX solo constan dos ediciones. El total de casi mil libros responde a que la mayoría de las ediciones son de más de un volumen. Aún falta, eso sí, que la Biblioteca pueda contrastar los registros y revisar los ejemplares físicos. De momento se sabe que del las 494 ediciones de la lista de entrega de 1961, 37 no han podido ser localizados en el Catálogo Colectivo de Patrimonio Bibliográfico (CCPB).
Según el trabajo de investigación realizado, en los libros hay información sobre procedencias que indican directamente su relación con la Biblioteca Nacional de España, por ejemplo, referencias como: B. de U. (Biblioteca de Uclés), Biblioteca Real, Biblioteca Carderera, alguna signatura BU o sello de Biblioteca de Ultramar, Librería de Agustín Durán, Pascual de Gayangos, exlibris de Cayetano Alberto de la Barrera o legado de Hartzenbusch, entre otros. Además, tienen la antigua signatura y el sello de la BNE.
La mayoría de los textos son de tema religioso: hay sermones, vidas de santos, obras de teología y moral, derecho canónico, historia eclesiástica, Biblias y reglas de órdenes religiosas y militares. También hay obras de historia, derecho, filosofía, geografía, medicina y matemáticas, así como clásicos griegos y latinos. Hay poca literatura –principalmente poesía– y algunos estudios de lengua latina, griega, árabe y copta.
En este primer análisis ya se precisa que hay «encuadernaciones singulares, especialmente en el caso de ediciones de los siglos XVI y XVII: renacentistas, en piel sobre tabla, en piel gofrada con hierros dorados, con supralibros, procedentes de la biblioteca del Duque de Uceda, etc». También se detalla que hay «marcas de expurgo o menciones de estar las obras incluidas en diversos índices expurgatorios»: «Se han identificado un total de 20 ejemplares de los siglos XVI y XVII con este tipo de marcas y anotaciones. Junto a ellos, se cuentan 4 índices de obras prohibidas y expurgadas de los siglos XVIII y XIX».
Lugo y Ourense suman 16 joyas del patrimonio en la Lista Roja de peligro
La Asociación Hispania Nostra, con su socia Apatrigal (Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego), creó en 2007 la Lista Roja del Patrimonio para llamar la atención a administraciones, propietarios y sociedad en general de aquellos elementos del Patrimonio Cultural Español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.
En toda la comunidad gallega hay actualmente 50 elementos en este listado, de los que siete corresponden a laprovincia de Lugo y otros siete, a la de Ourense. Esta es la tercera parte de la serie dedicada a las joyas gallegas en riesgo.
Provincia de Lugo. Los elementos patrimoniales lucenses incluidos en ella son:
Carretera LU-231 de Friol a Palas de Rei: es de las últimas carreteras que quedan en Galicia con árboles y estos son especies autóctonas como abedules, castaños, robles y hayas. Además, está flanqueada en una buena parte por muros de piedra tradicional “a junta seca”, técnica declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. Todo ello discurre por la Reserva de la Biosfera del Miño, y coincide puntualmente con el Camino de Santiago, a su paso se encuentra también el Castro de Macedo, así como varios conjuntos de dólmenes, mámoas y petroglifos, de indudable valor patrimonial. Reserva de la Biosfera. La vía tiene mal el firme por falta de conservación y mantenimiento. Se incluyó en la Lista Roja para concienciar a la Xunta de que no necesita ampliar lateralmente la carretera arrasando el patrimonio natural y construido.
Adega da Casa da Fonte, Ferreira de Pantón: La bodega -adega- fue edificada en los terrenos de la Casa da Fonte, a la cual servía, en 1756. Sin protección específica, está ne riesgo de ruina por su mal estado de conservación, con derrumbes y maleza. Solo permanecen en pie los muros de hasta 7 m de altura y una columna cilíndrica de unos 5 m que sostenía el porche delantero.
Frescos de la iglesia de Os Vilares, Guitiriz: fueron descubiertos en el año 1991, cuando se llevaron a cabo obras en el interior. Desde entonces, la humedad y el paso del tiempo han degradado estas importantes pinturas ubicadas en dos de las paredes más antiguas del templo. La iglesia de Os Vilares se originó en el siglo XII. Se trata de unas pinturas de estilo gótico hispano flamenco datadas a mediados del siglo XV. Sin protección específica, estánmuy deterioradas, con peligro de desaparición definitiva.
Torre de los Moreno, Ribadeo: casa de estilo indiano, construida por Pedro Juan Moreno y Ulloa en 1915 y diseñada por el arquitecto Julián García Núñez y el ingeniero Ángel Ardex. De estilo ecléctico, se puede considerar un edificio modernista, con una estructura mixta de hormigón y hierro. Está considerada desde el año 1997 como un Bien de Interés Cultural dentro del catálogo de monumentos del patrimonio histórico de España. Bien de Interés Cultural. El edificio está abandonado. El 23 de diciembre 2010, se aprobó una resolución que abre el camino a un nuevo enfoque para salvar el monumento de la ruina. El 13 de enero de 2011, comenzaron los trabajos de apuntalamiento para tratar de salvar su caída.
Torre de Caldaloba, Cospeito: Los documentos dicen que ya existía antes del S. XIV, la torre fue atacada y dañada durante la revuelta Irmandiña. Fue el último reducto donde la nobleza gallega ofreció resistencia contra la política centralizadora de los Reyes Católicos. Declarada BIC en 1994, presenta varias grietas en la estructura. cubierta de maleza. Tiene riesgo de derrumbe.
Torre de Taboi, Outeiro de Rei: Torre del homenaje de lo que fue castillo completo, primitivo solar de los Saavedra. En 1585 fue reparado y se describen fosos, recinto, torres, puente levadizo… Solo queda en pie una torre incompleta de gruesos muros en estado ruinoso. Incluida en el Catálogo de la Xunta y de los PXOM, está en proceso de ruina con riesgo de desplome, grandes grietas y cubierta de vegetación.
Torre da Fortaleza, Sarria: en la parte más alta de la villa se conservan medio derruidos los restos de un castillo del siglo XV, aunque sus orígenes se remontan hasta el siglo XII. Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1994. (Monumento Decreto 22-04-1949), su estado de conservación es de abandono total. Desprendimientos de los muros de cierre de la parcela. Está en la Lista Roja por el riesgo de derrumbe. El inmueble está a la venta.
Provincia de Ourense: Son nueve los elementos incluidos. Las dos incorporaciones más recientes –las torres de Torán y de Olivar – son del 25 de junio de 2021.
Torre de Torán, Taboadela: data del siglo XV, está asentada en la pequeña colina de la Seara, próxima a Torán, muy cerca del antiguo camino medieval hacia Castilla. La torre del Homenaje es el resto visible de lo que fue la fortaleza. En torno a dicha torre se conservan, en mal estado, diversas viviendas de tipo tradicional gallego construidas con piedras cogidas de la abandonada fortaleza. Monumento Histórico Artístico (Decreto de 22 de abril de 1949) y Bien de Interés Cultural (Ley 16/85 de 25 de junio), su estado de conservación pésimo, con robo de sillares y vegetación.
Torre do Olivar, Toén: ubicada en el entorno de la denominación de origen del vino de O Ribeiro, está fechada en los siglos XV-XVI y estuvo habitada hasta mediados del siglo XX. Sin protección específica, el edificio está en ruina. En la actualidad, se localizan pocos restos de la primitiva construcción. Éstos están muy deteriorados debido principalmente a las diversas modificaciones realizadas a lo largo del tiempo y a la pérdida de gran parte de los sillares de piedra, reutilizados en la construcción del vecino pazo de O Olivar.
Torre de Sande, Cartelle: formó parte de una fortaleza medieval utilizada para la defensa y vigilancia de las tierras de su jurisdicción. A pesar de que el origen del castillo es incierto, se sabe de su existencia ya en el siglo XII, Desde el siglo XIX el espacio queda totalmente abandonado. En 1949 fue protegido por la Ley del Patrimonio Historico Español y declarado de Interés Turístico Nacional. La torre se encuentra en mal estado de conservación. Se mantiene en pie parte de sus muros aunque con importantes grietas que hacen peligrar su estabilidad. Peligro de derrumbe.
Monasterio de Lobás, O Carballiño: antiguo monasterio femenino de la orden benedictina que se mantuvo activo entre los siglos XI y XIII, se trata de una iglesia de estilo románico, de una única nave y ábside rectangular. Ya en 1988 la Xunta anunciaba querer recuperar el antiguo monasterio y restaurar la iglesia. En los últimos años se han realizado algunas visitas y planteado en varias ocasiones la restauración, pero todavía no se ha llevado a cabo ninguna actuación. Bien Inventariado (Ley 8/1995 del patrimonio cultural de Galicia), su estado de conservación es malo, con ruina y desplome de muros, así como con vegetación invadiéndolo.
Monasterio de Santa María, Melón: del siglo XII, cuenta con dos claustros. Con grado de protección BIC, se encuentra invadido por la maleza, con piezas diseminadas o amontonadas. Se comenzó a llevar a cabo una restauración pero, actualmente, el monasterio se encuentra en un estado de abandono total. Se conservan los arcos del claustro de la hospedería, algunos fragmentos de la bóveda del claustro regular y algunas otras estancias.
Casa rectoral de San Xoán de Barrán, Piñor: existe constancia de la casa en el año 1743. Sus muros son de cachotería. Tiene una gran chimenea con pináculos. Destaca la belleza de su patio y la balaustrada de piedra. Sin protección específica, está en un estado de completo abandono. En los pisos inferiores se acumulan restos de bancos, maderas y algunos muebles antiguos. Por si fuera poco, el techo se está cayendo poco a poco y no podrá durar mucho tiempo sin un proyecto de restauración.
Monasterio de Santa Comba de Naves, Palmés, Ourense: Monasterio benedictino probablemente fundado por Alfonso III en el año 888. El conjunto presenta aspecto de fortaleza. Reconstruido en 1760, funcionó hasta 1836 en que fue abandonado definitivamente. Actualmente el conjunto se encuentra en ruinas. Catalogado por la Xunta son ruinas abandonadas y cubiertas de vegetación.
Convento del Bon Xesús de Trandeiras, Xinzo de Limia: Fundado en 1520, mantiene en pie la iglesia y el claustro, que responden a tipologías y formas del primer renacimiento, aunque también conserva elementos góticos. Sin protección específica, la iglesia conservada en buen estado, pero el resto del monasterio en total abandono. Varias asociaciones de la comarca han denunciado su estado de abandono y han planteado alternativas para la restauración del monasterio.
Monasterio de San Paio, Abeleda, Castro Caldelas: monasterio del siglo XII que después de la desamortización de Mendizábal pasó a ser propiedad de la Casa de Alba y actualmente se encuentra en estado ruinoso. Abandonado y en dramático proceso de ruina. La iglesia fue reformada en el siglo XIV, quedando sólo del antiguo edificio románico una portada de los S.XIII-XIV. Tiene planta de cruz latina, de una sola nave, con tres cuerpos separados por arco de medio punto con motivos decorativos. Capiteles de las columnas ornamentados con decoración vegetal y zoomorfa. Sin protección específica, se incluyó en la Lista Roja por su estado de hundimiento y expolio. Gracias a asociaciones sin ánimo de lucro como O Sorriso de Daniel, el monasterio ha sido limpiado de las hierbas que se estaban tragando y destrozando esta joya del románico.