La ‘Isla Bonita’ de la firma de joyas TwoJeys en Ibiza

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“No es un hotel, pero casi”, explican Juste y Margarit acerca del que consideran su hotel favorito. Se refieren a su TwoJeys Villa, una lujosa casa en Ibiza –el año pasado el destino fue Begur– que ha servido durante todo el verano como centro de operaciones de la firma para promocionar su última colección, Isla Bonita, con visitas de influencers y celebridades.

“Para la villa, customizamos a nuestro gusto todo lo que pudimos”, explican. “Tenemos un máquina expendedora que saca joyas, una half pipe para hacer skate, la cocina vegana local y sostenible como Carlota Bruna y su proyecto Macaranda, experiencias en barco con nuestros amigos de Antonio Yatchs… Lo que buscamos fue poder tener un lugar para traer a gente todo el mundo y que entienda lo que es un auténtico verano mediterráneo, un verano TwoJeys”.

Justo en una isla como Ibiza, su villa le hace la competencia a cientos de hoteles de diseño. Aunque ellos no dudan a la hora de escoger uno en el que hospedarse. “Nuestros hoteles favoritos de Ibiza no son los más Ibiza vibe. Los que más nos fascinan son los de nuestro amigo Diego Calvo, de Concept Hotels: Romeo’s, Paradiso, Cubanito… Recrean escenarios únicos en los que nosotros también nos inspiramos y siempre aportan una experiencia diferente”.

Joyas exclusivas a partir del Capim Dourado

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Hay quien pasa la vida pensando ‘si hubiera hecho esto, si hubiera hecho aquello’. Al final tienen mil pasados y ningún futuro. El futuro, ya saben, ese lugar con más peligro que un tiroteo en un ascensor. Siempre he admirado a la gente capaz de transitar el mundo con la inocente despreocupación de un niño. Borja Rocha y Regina Valero han decidido hacer de su vida un monumento a la felicidad, al bienestar, a la joie de vivre, que dicen los franceses. Alérgicos al desasosiego, se pasan medio año conociendo mundo. Les encontrarán persiguiendo la puesta de sol perfecta en África, perdidos en laderas de exuberante belleza en Sudamérica, o contemplando la magnitud de la aurora boreal. Postales embriagadoras que, como las descritas por James Hilton en Horizontes perdidos, cobran forma en remotas latitudes. Lo olvidaba: la otra mitad del año trabajan. Aunque a diferencia de la mayoría, se ganan el pan haciendo algo que les apasiona: diseños artesanales basados en una planta única, el Capim Dourado.

Borja (39 años, Zaragoza), siempre se ha dedicado a la artesanía, con veinte años se plantó en Brasil movido por la variedad musical que atesora este país de inabarcables recursos naturales. «Estuve mucho tiempo trabajando de percusionista», hasta que descubrió la artesanía del denominado ‘oro vegetal’ y le cambió la vida. «Aquí trabajaba el macramé y otros materiales, pero al conocer esta planta empecé a estudiarla». De eso hace ya más de 15 años.

Regina (37 años, Zaragoza) es enfermera, ha trabajado con Open Arms y otras ONG’s. Pero no se despisten, puede que su profesión la conecte con un estilo de vida convencional, pero lo cierto es que comparte la misma filosofía de vida bohemia y despreocupada que su pareja. Antes de conocerle trabajaba medio año y viajaba el resto. Me dirán que lo de estos muchachos no es predestinación astral. Cupido les unió y Mallorca los acogió. Plantaron su cuartel general entre la Colònia de Sant Jordi y Ses Salines, desde allí llevan sus diseños a diferentes mercadillos de la Isla.

Sus trabajos son exclusivos, de autor, cada diseño de su marca Oro Vegetal Mediterráneo pertenece a una colección relacionada con la cultura mediterránea. Utilizan piezas metálicas antialérgicas, no contienen níquel ni zinc. Y un dato interesante: el Capim, por tratarse de una planta, es ligero como una pluma, por lo que los pendientes, aun siendo grandes, son muy ligeros. Sucede igual con los bolsos de mano que elaboran, realmente sorprende su extrema ligereza. Además, su refinada apariencia dorada, que combina muy bien con todo, como el oro, jamás pierde su brillo y tonalidad. Garantizado. «La elaboración es compleja, pero llevo tanto tiempo haciéndolo que al final parece sencillo, cuando realmente no lo es», matiza Borja.

Si está interesado en comprarles algo, les encontrará de martes a jueves tarde en el Port de Pollença. «También hacemos ferias, pero ahora con esta situación muchas se cancelan, lo mejor es dirigirse a nuestra página en Instagram: @orovegetal_mediterráneo», recomienda Regina.

Capim Dourado

En Brasil, dentro de la sabana tropical, se encuentra el desierto de Jalapao, una vasta extensión de arena y agua donde crecen las más sorprendentes especies vegetales, como el Capim Dourado. Una hierba de flor blanca que solamente crece en forma silvestre, su tallo dorado le confiere un aspecto metálico y brillante, y esa tonalidad jamás desaparece. Al ser una especie única, esta planta ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad. Su recolección está reglamentada y no puede comercializarse como materia prima, solo como producto terminado. Así se evita la desaparición de la especie. De modo que solo artesanos autorizados pueden colectar la planta en su período natural, después de florecer, y con ella crear piezas de gran belleza, únicas en el mundo.

Una pelota de medio siglo y juguetes de bambú, nuevas joyas para el Melga

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Más de treinta años podría tranquilamente llevar Ricardo Pérez y Verdes soñando con hacerse con una pieza como la que ahora pasará a engrosar la exposición de una de las salas del Museo Etnolúdico de Galicia, el Melga de Ponteceso. Será una de sus «joyas» y no es otra cosa que una pelota de caucho, con una antigüedad de casi medio siglo y confeccionada artesanalmente en Sinaloa (México). Se hace mezclando látex (hule) con una raíz llamada machacuana y esta pesa 3 kilos. Conseguir una es casi misión imposible y con ella se juega a un juego de cadera llamado antiguamente por los aztecas Ttlachtli y por los mayas Pok-ta-tok. Hoy se conoce como el juego del Ulama. Puede tener una antigüedad de 1.500 años. Junto con la pelota, ha recibido el museo pontecesán un fajado (vestimenta) al completo. La donación es obra de la presidenta de la Asociación Nacional de Juego de Pelota Mesoamericana, Reyna Puc, y de su director nacional, Armando Osorio, que a través de un alumno de Pérez y Verdes, Ismael Alonso, y de su esposa, lograron que todo este material llegase hasta Ponteceso para pasar a completar ahora la sala II, dentro de los Pueblos Precolombinos de América.Posiblemente, dice Ricardo, sea el Melga el único museo del mundo que pueda exponer una pelota de este tipo.

CEDID

Suma esta alegría a otra muy reciente, pues el pasado domingo, por sorpresa, llegaron hasta la instalación Biel Pubil y su esposa, Lourdes Ambrós. Pubil es profesor, miembro del Consejo de Administración de la Asociación Europea de Juegos y Deportes Tradicionales y director del museo privado de juguetes de la Tierra del Ebro. Coautor del libro ¡Qué caña! ¡Juguetitos!, también hizo una donación a la Fundación Pérez y Verdes: casi medio centenar de juguetes, todos realizados por sus propias manos y de caña de bambú: coches, yo-yo-muñecas, trompos… Pronto estarán ya todos expuestos en una vitrina de la amplia colección pontecesá.

Biel ya había estado en el Melga en una ocasión, pero incluso así dedicaron cuatro horas a recorrerlo de nuevo, pues desde el 2019 han crecido los fondos. En su reseña, tanto él como Ambrós indicaron, contentos, que una visita a este museo justifica cualquier escapada en Galicia.