La isla de Tali refugia a cien animales

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Belén Fernández

La familia de Natalia Rodríguez Conde es «interespecie». Es el perfil con el que se identifica y su estilo de vida concuerda con este nuevo tipo de agrupamiento en el que los animales casi forman parte del árbol genealógico. «Dedico mi vida a salvar la de otros porque es lo que a mí me apasiona y no puedo quedarme de brazos cruzados», dice esta joven. Todos la conocen como Tali y, a su refugio, como la isla de Tali, porque está en el islote de la desembocadura del Miñor. Pasó el confinamiento con más de una veintena de animales de distintas especies pero, lejos de que la desescalada aliviara el trabajo, su refugio ha llegado al límite con casi un centenar de animales a los que ha rescatado de una muerte prácticamente segura.

Su particular arca de Noé está al completo y ahora es ella la que pide ayuda. «La prioridad es que los animales estén bien atendidos», explica. Abre la puerta a sumar socios porque «el único apoyo económico con el que contamos es el del grupo Teaming, en el que recaudamos microdonaciones de un euro pero, a medida que se amplía la familia, esa ayuda no cubre apenas los veterinarios», explica Natalia. Quienes quieran colaborar pueden hacerse socios con una donación mensual mínima de 5 euros escribiendo a la dirección laisladetali13@gmail.com.

«Es cuestión de vida o muerte, yo ya no puedo acoger más. Hay que priorizar la vida de los animales», insiste Tali, agradecida especialmente con los vecinos de la isla que le permiten cuidar allí a sus animales. Transmite decisión, pero justo cuando lo dice abre la puerta a una joven angustiada con cuatro cachorros recién nacidos. Son los últimos miembros en llegar a la familia. «Los tiraron en un saco a un contenedor en Vigo. Los otros dos ya estaban muertos y las protectoras les dijeron que ya no tenían cabida», explica mientras les da el biberón. No oculta su malestar e impotencia «porque no hay semana que no haya que rescatar una camada de un contenedor» y pide mano dura contra quienes maltratan a los animales.

Tali creció aprendiendo a respetarlos y lo de la vocación parece que va en su ADN. «Mi padre me ayuda siempre con todo, especialmente con el mantenimiento de la finca. También mi madre, que de pequeña ya escondía a los perros que encontraba para poder cuidarlos», dice orgullosa de su familia interespecie. No cuenta los que son habitualmente, «pero ahora me eché las manos a la cabeza al ver que tenemos casi un centenar de bocas que alimentar». Confía en que se cierren pronto algunas adopciones que ya están en marcha y recuerda que siempre hay opción para quienes, como ella, se propongan aumentar su familia. En estos momentos, en su particular refugio hay caballos, yeguas, perros, gatos, ocas, patos, cabras, conejos, cerdos vietnamitas, coballas, varias especies de pájaros y un becerro en camino. Ahí es nada.

La Central Agropecuaria vendió 455 becerros de recría por 90.947 euros

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MARCOS MÍGUEZ

En la Central Agropecuaria de Galicia Abanca, en Silleda, se vendieron ayer 455 becerros de recría de los 486 que acudieron a esta jornada de la lonja. El volumen total de las transacciones por la venta de estas reses ascendió a 90.947 euros. El precio medio por animal fue de 199,88 euros. Del total de los asistentes, fueron rechazados 18 becerros y en 13 casos la venta quedó fuera de puja o desierta. Asimismo, a la jornada de ayer acudieron 89 becerros carniceros, de los que se vendieron 84. Las ventas supusieron 69.765 euros y el precio medio por animal fue de 830 euros.

El volumen de transacciones en vacuno mayor ascendió a los 204.162 con la venta de 180 reses de vacuno mayor de las 196 que acudieron al recinto. El precio medio fue de 1.134 euros. En la lonja de precios bajó a 0,030 el porcino cebado selecto y el normal y se mantuvieron invariables el precio de los huevos y conejo. Sí bajó el valor de los lechones con un descenso de un euro tanto de procedencia única como de varias, siendo el primero a 34 euros la unidad y a 29 el segundo. El 31 de agosto no habrá lonja por la celebración de la Semana Verde, pasando al 7 de septiembre solo para becerros de recría.

El lobo vuelve a atacar en Mazaricos en una granja cárnica

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Entre las víctimas del lobo figuran cuatro ejemplares de un cabaña ganadera del lugar de Enxilde

El lobo no da tregua este verano a criadores y vecinos de Mazaricos, un municipio en el que existe conocimiento de una docena de ataques. Entre las víctimas del mamífero figuran cuatro ejemplares de un cabaña ganadera del lugar de Enxilde, en la parroquia de Arcos, cuyo propietario es José Benito.

Con desesperación, explica que el lobo ha matado ya a tres becerros y a una yegua de la que, afirma, «non atopamos nin os restos». Además de las cuantiosas pérdidas que esto supone, su preocupación es mayor por el hecho de que explica que las reses se encontraban en una parcela de una hectárea, protegida con un cierre eléctrico, que está situada al pie de la carretera y junto a su granja.

Comenta que tiene a los animales en el exterior y que también cuenta con un mastín, pero que todo ha sido inútil para salvar a los animales de los ataques mortíferos del lobo.

Ternera gallega

Las reses que cría José Benito son comercializadas, precisa, bajo la denominación Ternera Gallega Suprema. Señala que cada uno de los becerros tiene un valor en el mercado de unos 1.500 euros: «Eses cartos non os recupero. A Xunta, como moito, págache 300».

Ni siquiera eso va a poder percibir, porque José Benito señala que aunque notificó lo sucedido al servicio correspondiente de la Administración autonómica, solo en un caso pudieron encontrar restos de uno de los animales que sucumbieron bajo las fauces del lobo.

José Benito lamenta el dinero invertido para sacar adelante unos ejemplares que ha perdido: «Eu conto con ter un rédito polo traballo, non con perder cartos». No es la primera vez que este criador sufre pérdidas, pero comenta que este año está resultando especialmente duro.

También destaca que, debido a este tipo de daños, muchas personas abandonan la actividad: «Quedamos catro criadores e a este paso non vai haber ningún». Subraya que esta situación resulta muy difícil de soportar.

Otras localidades

No es la parroquia de Arcos la única de Mazaricos en la que el lobo ha provocado la muerte de animales. También existe conocimiento de ataques en las de Beba, Coiro y Alborés.